sábado, 24 de noviembre de 2012

Dinero.

Me desperté. La mañana estaba tranquila, el cielo azul salpicado por esponjosas nubes blancas. La cuidad dormida aún con los rayos del sol propios del medio día.
Me levanté de mi cómoda cama y baje a desayunar. Para mi sorpresa no había nadie en casa: ni padres, ni hermanos. Eso explicaba el porque todo estaba tan callado.
Cuando hube preparado mi desayuno fui al salón y encendí la televisión pero no había señal por lo que el negro seguía bañando el televisor. Como no quería desayunar en silencio me decidí a encender la radio pero tampoco funcionaba. Finalmente desayune sola en el sofá, completamente en silencio ya que ni siquiera se escuchaba el tráfico o vecinos... Solo silencio.
Tras desayunar fui a mi habitación y encendí el ordenador: tampoco funcionaba. Frustrada me decidí a salir de casa. 
Una vez me hube arreglado salí de casa y, para mi sorpresa no había coches, ni personas, ni animales... No había ni una pizca de vida en la calle. Todo esto me sorprendía: estar tan sola y silenciosa en una poblada y ruidosa cuidad. Aun con mi sorpresa emprendí mi camino. No llevaba un rumbo fijo por lo que andaba despacio y observando mi alrededor pero, seguía sin ver a nadie. Las tiendas estaba abiertas pero carentes de personas, ni clientes ni dependientes.
Tras unos días así llegué a la conclusión de que, por alguna extraña razón estaba solo en el mundo y este, era solo mío. Al principio me alegré pues tendría todo lo que quisiera, vería el mundo sin que nadie me lo prohibiera, tendría tiempo para mi... Pero esto no duró mucho. 
Solo unos días después sentía que mi mundo se caía. No tenía  nadie, estaba solo y vacío. Echaba de menos a mi familia, a mis amigos.. Echaba de menos escuchar algo más que mis pensamientos. Sentía que me volvería loco si esto no cesaba... Pero ya era demasiado tarde.
Tengo todas las riquezas del mundo, un lugar de maravillas pero tengo miedo y me reconcome la duda de tantas preguntas que me rondan: quién me abrazará, quién me hablará, quién me hará reír, quién me consolará, de quién me enamoraré, qué comeré cuando se acaben los suministros que tengo, qué beberé... Nunca me había sentido tan pobre, tan miserable, tan innecesario.. Y todo desde que tengo dinero. 
"El dinero no te hará feliz, escapa de sus garras mientras aun tengas tiempo"

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